
Las sesiones online se desarrollarán los días viernes de 4:00 p.m. a 7:00 p.m. y sábados de 8:00 a.m. a 1:00 p.m.
Con la inusitada afectación generalizada post pandemia, el impacto ha sido no sólo en lo evidente (la economía, nuestros hábitos), sino también en el estado psicológico de las personas, donde dicho impacto ha sido avasallador. Nunca como ahora, las personas han visto cuestionados de modo tan masivo su sentido de vivir, la calidad de sus relaciones, su estado anímico, e incluso, su afrontamiento del duelo, tanto por los seres cercanos que empiezan a faltar como por las condiciones de vida que cambiaron y siguen cambiando.
Las consultas a los profesionales de la salud mental se han incrementado y las habilidades terapéuticas de que éstos disponen son a veces insuficientes para atender la complejidad de las situaciones que están atendiendo. Dada esta complejidad, incluso a los terapeutas entrenados en habilidades apropiadas les viene bien refrescarlas y volver a entrenarse en ellas.
En cualquier caso, las habilidades terapéuticas transpersonales, por su naturaleza y énfasis, constituyen un baluarte absolutamente oportuno para que dichos profesionales puedan responder de mejor manera a las demandas actuales de sus consultantes. Son habilidades que se han revelado como útiles y pertinentes para atender la complejidad de las angustias, desórdenes y dramas que experimentan las personas en el mundo cotidiano de comienzos del siglo XXI (Puhakka, 2008).
Parte de esa pertinencia es atribuible a la concepción de ser humano que subyace a este enfoque. La terapéutica transpersonal concibe y atiende a la persona, dando cabida a diferentes esferas: corporal, emocional, afectiva, cognitiva, social y espiritual. Como cualquier psicoterapia, promueve el procesamiento de la situación problemática que experimenta el consultante, pero adicionalmente, promueve la desidentificación del drama personal y la reconexión con su dimensión transpersonal, esto es, su sentido de ser, usualmente poco accesible pero siempre subyacente como un potencial creativo para activar la presencia, la curación y el crecimiento. Su éxito en esta misión se funda, en buena parte, en la calidad de la relación terapéutica y la alianza que se establece entre consultante y terapeuta, quién escucha y acompaña, confiando en que aquél es capaz de avanzar en su propio proceso de descubrimiento (Kilrea & Richer, 2017).
Este diplomado, forma, complementa, amplía y enriquece las habilidades de que disponen los terapeutas que participan en él. Ofrece oportunidades para adquirir y fortalecer cuatro habilidades centrales, útiles a cualquier psicoterapeuta, de cualquier enfoque: fortalecer la integración personal, habitar la presencia, ejercer la compasión activa y promover la desidentificación.
Como complemento de la oferta formativa, se incluye la práctica del Mindfulness, técnica con amplio espectro de resultados comprobados (Hofmann et al., 2010), con la que se busca impulsar el desarrollo de consciencia del participante, base de la coherencia terapéutica.
Los cinco módulos que componen el Diplomado mantienen una secuencia y articulación que facilitan una apropiación adecuada de conocimientos y experiencias, en lugar de una simple acumulación de contenidos y técnicas.
El proceso se vale de distintas estrategias metodológicas en función del componente formativo que se esté abordando en cada habilidad. Estas estrategias reconocen e involucran los planos corporal, afectivo, mental, relacional-social, laboral y espiritual de los participantes.
Se comprende que el logro de los objetivos se ve favorecido por una atmósfera de aprendizaje participativo, de acompañamiento y entrenamiento, más que por una lección magistral acabada. Son importantes aquí las experiencias previas de los participantes, las que vivan en el proceso formativo y las de los docentes.
El desarrollo de cada habilidad tiene tres componentes formativos que se intercalan, así:
En los talleres intensivos se gestiona una incursión vivencial que privilegia la movilización personal mediante la experiencia directa, la autoexploración y el intercambio sensible entre los participantes. El anclaje en la experiencia pretende movilizar su dinámica personal y generar interrogación acerca de la habilidad terapéutica abordada y su soporte conceptual.
En los conversatorios, se hace una revisión crítica de los conceptos que explican la importancia y relevancia de la habilidad, con el aporte del conocimiento y experiencia del grupo de participantes.
En los entrenamientos se trabaja bajo el principio de “aprender haciendo”. En él se hacen prácticas de entrenamiento, juegos de roles, análisis de casos, etc., alrededor de la habilidad que se entrena.
El profesor ofrece retroalimentaciones sobre las ejecuciones de los participantes durante los ejercicios.
Las sesiones online se desarrollarán los días viernes de 4:00 p.m. a 7:00 p.m. y sábados de 8:00 a.m. a 1:00 p.m.
Cursar satisfactoriamente el diplomado habilita al participante para:
Mapa transpersonal del ser humano
Presencia
Integración personal
Compasión activa
Gestión de la desidentificación