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Servicio solidario en las artes / la posibilidad de ver al “otro”

Servicio solidario en las artes / la posibilidad de ver al “otro”

Parece imposible que en nuestra fragmentada ciudad -Cali-, realidades distintas coincidan para valorar su diversidad. La cotidianidad, el cansancio que va dejando la violencia y nuestra corta observación dificultan ese reto de ver a los demás como seres humanos que dan valor a la existencia. Sin embargo, existen momentos particulares en los que dos extraños pueden reconocerse. Esa fue una experiencia que estudiantes javerianos de Artes Visuales y jóvenes de la Comuna 17 de Cali pudieron experimentar al participar en el proyecto “Servicio Solidario en las Artes” de FORJA.

Este proyecto fue liderado por el profesor Kurosh Sadeghian, quién encontró en el arte un medio para expresarse desde los 10 años. Tras emigrar de Irak, crecer contemplando el barrio Meléndez y estudiar Artes Plásticas en Bellas Artes, encontraría que este oficio también es la fuerza creadora del mundo. Sus experiencias lo han llevado a descubrir que nuestra responsabilidad es la humanidad misma, en especial con ese otro que es diferente a lo que ya reconocemos.

Es claro que dejar caer semillas en los demás hace parte de lo que mueve su vida, y al entender el arte como creadora de posibilidades, cree en la importancia de enseñarla para que las personas construyan pensamientos, actos propios y una consciencia personal del mundo.

Con todo esto, desarrolló junto a FORJA un proyecto que llevaría a los estudiantes del curso Dibujo 1 a la Biblioteca de Alto Jordán, con el fin de enseñarle a la comunidad a dibujar. Aunque parece un ejercicio sencillo que implica trazar líneas en una hoja, más allá de los lápices y papeles se encuentra el esfuerzo de detenerse a contemplar al otro y reconocer que existe, que se encuentra dentro de lo humano y que sin esa persona, el mundo cae porque no es el mismo.

A pesar de que Kurosh cree que el 90% de la vida de una persona pasa sin sentido, supo que esta experiencia generó días de sentido en muchos, ya que estos talleres de dibujo se convirtieron en experiencias de vida. Narra que los estudiantes de la universidad estuvieron tan entusiasmados que invitaron amigas y amigos -externos a la clase- a participar activamente en el proyecto. El profesor destaca la belleza del entusiasmo y sentido que se genera al reconocer a otra persona.

En sus palabras, “este proyecto no tiene que ver con conocimiento. Es una experiencia que une a las personas, que hace que se reconozca al otro y, por ende, que se rompan barreras. Todo esto genera una fuerza creadora que tiene muchas aristas”. Quienes aprendieron de él le enseñaron a tener los poros abiertos y encontrar en los “accidentes” la posibilidad de hacer algo más y entender el mundo de forma distinta.

Creo, como escritora, que de eso se trata FORJA, de aprender en la Universidad que solo en el trabajo conjunto se encuentra el sentido de la profesión. Quien escribe esta nota también aprendió de escuchar a este maestro que demuestra, en actos, todas esas palabras que utiliza para configurar las frases “servir es el lugar en el que se concreta todo lo que uno piensa. Todas las cualidades y conocimientos son abstractos hasta que se convierten en servicio”.

** Por Carolina Martínez Gómez
Monitora del programa FORJA

Arte Educación Impacto Universitario Transformador

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