Plenear requiere de brindar nuestro esfuerzo hoy para pensarnos en el mañana.
Cuando tenemos compromisos y/o tareas pendientes, el modus operandi más aconsejable es organizar nuestro día a día con una serie de actividades que nos permitirán obtener la mayor cantidad de metas alcanzadas de manera eficiente, efectiva y eficaz. En pocas palabras, planeamos.
Según la Real Academia de la Lengua Española, planear es trazar o formar un plan de una obra; hacer planes o proyectos. Cabe anotar que este ejercicio se hace tanto con las tareas simples como con las complejas, y lo más recomendable es hacerlo teniendo en cuenta los factores internos y externos que puedan influir en la obtención de resultados.
Aunque no siempre somos conscientes de ello, a la hora de tomar decisiones orientadas a cumplir metas, realizamos una especie formulación de estrategias para ejecutar tareas de diversa índole: las revisiones y análisis de datos para preparar un informe, la organización de una base de datos para contactar jóvenes interesados en la universidad; las decisiones que se deben tomar para elaborar un dashboard, separar un espacio estratégico para una reunión en la que se definirán tareas; contestar el correo electrónico, atender requerimientos, velar porque siempre haya café disponible durante una jornada extenuante, entre otros.
En el caso puntual de la Javeriana Cali, hemos sido testigos de cómo a través de las dificultades mantenemos un ritmo, un plan, una misión, y logramos nuestras metas a pesar de las crisis y los problemas que puedan presentarse.
La planeación es eso, mantenernos en una ruta, en una trayectoria hacia la Visión. Por tanto, requiere lo mejor y el mayor esfuerzo que cada uno de nosotros pueda brindar hoy para pensarnos y sentirnos en el mañana.
De lo misma manera, demanda que sepamos de qué somos capaces, que valoremos nuestros logros y reconozcamos las capacidades que tenemos como miembros de la Comunidad Educativa y de la Javeriana Cali como universidad que juega un papel clave en el desarrollo del suroccidente y del país.
Por tanto, participar en la planeación 50 + 50 es estar dispuestos a aportar nuestras ideas, un poco de nuestro tiempo, reflexionar sobre nuestro futuro y el de las generaciones venideras; sobre el legado que dejamos y los desafíos de transformación que imaginamos.