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Investigación fuera de las aulas: Liderazgo y empoderamiento transformador en el Centro Cultural Abriendo Puertas

Semillero parentalidad

Por: Lina Marcela Rendón Zea

En las estrechas calles de una comunidad marcada por la pobreza y la violencia de género, las mujeres del Centro Cultural Abriendo Puertas de Fe y Alegría, enfrentan desafíos diarios que podrían quebrantar a cualquiera. Sin embargo, es aquí donde comienza su viaje hacia el empoderamiento, desafiando las circunstancias que han tratado de definirlas. El barrio Vallado, en el oriente de Cali, es un territorio históricamente afectado por diferentes tipos de violencia y de vulnerabilidad social, realidades de problemáticas que se han visto agravadas por la falta de preparación de la ciudad para recibir la llegada de migrantes que, buscando una mejor calidad de vida, se vieron obligados a dejar sus hogares y encontrar uno nuevo. 

En el corazón de la tormenta, el Centro Cultural Abriendo Puertas se convierte en un faro de luz. Diseñado como un espacio seguro y acogedor, ofrece programas que van más allá de las convenciones, fomentando el crecimiento personal y el descubrimiento de talentos ocultos. Es en este refugio donde las mujeres comienzan a vislumbrar un futuro diferente. Este es un escenario que permite el trabajo colaborativo entre academia y sociedad, como es el caso de la iniciativa del semillero de investigación de Parentalidad, Vulnerabilidad y Convivencia Social.

La docente y tutora del semillero, Myriam Román Muñóz, comenzó un trabajo, junto a sus estudiantes Valeria Nieto, Isabella Vargas y Luisa Vélez. Ellas, cada sábado empezaron a asistir al Centro, en los espacios de encuentro de las mujeres, para dar unos talleres en los que el eje temático central fue la convivencia familiar, pero por medio de técnicas interactivas y en un proceso de co-creación, se definieron las temáticas de las siguientes sesiones. Estas estaban relacionadas con las necesidades de las mujeres, situaciones de su día a día y demás. 

Estos encuentros fueron propiciando un espacio donde las mujeres encontraron un lugar donde se sentían escuchadas, valoradas, entendidas y respetadas. El proceso de aprendizaje también se convirtió en uno de empoderamiento y liderazgo, pues ellas no solo se quedaron en su rol de participantes, sino que tomaron la vocería en sus territorios para atraer a más mujeres que, como ellas, estaban en la búsqueda de una red de apoyo. Se formaron lazos de sororidad y apoyo mutuo entre ellas, desafiando así las limitaciones impuestas por una sociedad que a menudo las ha subestimado. Se constituyó un tejido colectivo donde las semillas del liderazgo transformador comenzaron a germinar.

En el Centro Cultural Abriendo Puertas, el empoderamiento femenino se convierte en una herramienta poderosa para sembrar semillas de cambio. Las mujeres, una vez relegadas al silencio, ahora lideran con voz propia. Este refugio de esperanza no solo transforma individuos, sino que también ilumina un camino hacia un futuro más equitativo y resiliente para toda la comunidad. 

Las intervenciones del semillero también buscaban darles a las mujeres herramientas que les permitiera mejorar, a nivel individual y colectivo, las problemáticas familiares. Esta iniciativa es un caso de investigación transformadora. Si bien las instituciones educativas son las plataformas en las que se imparte la educación, salir de las aulas permite que los estudiantes pongan en práctica lo que han aprendido, y aplicarlo en entornos reales, enfrentarse a situaciones diferentes a sus contextos y desarrollar una sensibilidad y compromiso mayor por la transformación social. 

Las estudiantes en la actualidad manifiestan que se sienten felices por haber contribuido a una transformación en las mujeres. Evidenciaron cómo la sensibilidad y el respeto pueden propiciar espacios seguros de reconocimiento, y genera un entorno en el que ellas se sienten en libertad de compartir sus realidades, con la tranquilidad de que va a haber otros que las escuchan, las entienden y dignifican sus sentires. 

El reto se centró en cómo hacer sostenible ese proyecto que comenzó como una acción de voluntariado de una docente con sus estudiantes del semillero; ante esto, la temática de comunicación familiar emerge como el hilo cohesionador entre el voluntariado Ignaciano, y una apuesta de intervención académica, esta vez en el marco de una asignatura de la Carrera de Psicología

A medida que estas líderes emergen, la comunidad comienza a percibir un cambio palpable y a eso se le quiere seguir apostando. Los estigmas que alguna vez definieron a estas mujeres son reemplazados por narrativas de resistencia y superación. El Centro Cultural Abriendo Puertas no solo ha empoderado a un grupo de mujeres; ha encendido una llama que ilumina un camino hacia un futuro más esperanzador.

La historia de estas mujeres, entrelazada con el Centro Cultural Abriendo Puertas y la participación de la Pontificia Universidad Javeriana Cali, no es solo un relato de superación individual, sino una muestra de cómo la academia puede salir de las aulas y apostar por una educación transformadora. La adversidad puede ser transformada en fortaleza, y el empoderamiento femenino se revela como un catalizador poderoso para el cambio social. 

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