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La receta económica para un segundo semestre con impulso

La receta económica para un segundo semestre con impulso
Jaime Rafael Ahcar Olmos

Creado por: Jaime Rafael Ahcar Olmos

La economía colombiana cierra la primera mitad del año 2020 en medio de la peor crisis económica de su historia. En mayo el desempleo a nivel nacional llegó a 21.4%, ligeramente superior al 19.8% del mes de abril, y 10.9 puntos porcentuales por encima del 10.5% registrado en mayo de 2019, según el Dane. Especialmente dura es la situación en Neiva, Ibagué y Armenia donde el desempleo afecta a más de un tercio de las personas que buscan activamente trabajo.

Los datos del crecimiento económico del segundo trimestre del año no tardarán en salir y muy probablemente mostrarán que nuestra economía se encuentra en una fuerte contracción. La principal causa de está contracción y del desempleo asociado a ella es atribuible directamente al efecto de las mediadas de confinamiento preventivo iniciadas desde finales de marzo y que en parte se relajaron a finales de abril y a mediados de mayo, pero que aún siguen firmes para un grupo de sectores comerciales como los restaurantes, el turismo y el entretenimiento. Solo el sector turístico representa más de 1.3 millones de puestos de trabajo directos e indirectos en Colombia según Consejo Mundial de Turismo y Viajes (WTTC, por su sigla en inglés).

A este efecto de confinamiento se suman la incertidumbre que atraviesan inversionistas y consumidores en un entorno donde el pulso entre quienes abogan por una apertura más rápida y extensa de los sectores de la economía se choca contra las duras cifras de contagios y muertes del COVID-19. Lamentablemente, aun ajustando por cifras más realistas en la ciudad de Medellín, ciudad que se ha mostrado como ejemplo de buen manejo sanitario, pero que más recientemente ha creado controversia por el posible sub-registro de defunciones, las cuales en lugar de atribuirse al Covid-19 aparecerían bajo la categoría de sospechosos de Covid-19 o causadas por neumonía o influenza (Ver detalles aquí). Lo cierto es que si en efecto Medellín sub-registra sus casos, la pandemia podría estar mucho más cerca del pico de lo que se creería con las cifras oficiales. La superación del pico de contagios se considera el momento crucial para que la confianza de inversionistas y consumidores se reestablezca.

La política fiscal tiene un rol importantísimo en la reactivación que se espera para el segundo semestre. No basta con anunciar gastos si estos no se ejecutan, en tal sentido el Observatorio Fiscal de la Pontificia Universidad Javeriana ha mostrado la inconsistencia entre los datos de ejecución del presupuesto anunciado para reactivar la economía: “el Gobierno nacional afirma haber puesto a disposición de la atención a la pandemia más de $117 billones de pesos – más de $2 millones por colombiano o el 11% del PIB” y las cifras de gastos realmente reportados por el propio gobierno nacional. Así las cosas, al Ministerio de Hacienda le corresponde la tarea de ejecutar esos gastos en la magnitud anunciada y garantizar la transparencia en el manejo de la información. Lo primero es esencial para impulsar la demanda agregada y lo segundo para crear un clima de confianza sin el cual la especulación sobre la sostenibilidad de las finanzas públicas podría terminar socavando la recuperación.

Por último, la política monetaria debe ir mucho más allá en dos frentes, el de reducción de las tasas de referencia y el de reducción de la tasa máxima de usura. Aunque hasta el momento el Banco de la República ha bajado en cuatro ocasiones las tasas de referencia llevándolas del 4.25% en marzo al 2.50% a finales de junio, todavía existe un margen adicional de reducción de tasas, pues las presiones sobre el tipo de cambio no son particularmente fuertes y la inflación se encuentra controlada. Pero no basta con que las entidades bancarias privadas tengan acceso barato a recursos de Banrep, es importante que los consumidores e inversores no se vean asfixiados con altas tasas, allí cabe todavía una mayor acción en el rol regulador del Banco Central para presionar las tasas de usura a la baja y direccionar al sistema financiero a cumplir su misión de financiar los emprendimientos.

El vigor de la recuperación de la economía colombiana en el segundo semestre de 2020 pasa entonces por tres frentes básicos. En primer lugar, la superación del pico de contagios, lo cual es poco controlable por las autoridades, pues los cartuchos de las cuarentenas están agotados debido a la realidad económica y social que vive el país y porque depende en buena medida del comportamiento propio del virus y de la vulnerabilidad de las poblaciones a las que ataca (edad promedio, nivel de civismo, densidad de población, etc.) que suelen ser datos fijos a corto y mediano plazo. El fortalecimiento del sistema de salud (UCI, respiradores, suministros y tratamientos) siendo el principal punto a vigilar. En segundo lugar, cuentan la magnitud y rapidez de ejecución de los estímulos a la demanda por la vía del mayor gasto público y los alivios tributarios. Y en tercer lugar, la reactivación pasa por una política monetaria todavía más expansionista. Estos tres componentes, generan efectos sinérgicos en la confianza de inversores y consumidores por lo cual es muy importante la transparencia y el fomento del optimismo racional para crear el espíritu de reactivación tan necesario para el futuro económico de nuestra nación.

 

Este artículo fue publicado originalmente en Consorcio Ciudadano el pasado 3 de julio del 2020.

 

*** Jaime Rafael Ahcar Olmos es profesor asociado del Departamento de Economía y de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Javeriana Cali.

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