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Historia para valorar el presente y proyectar el futuro

Gustavo Arteaga

¿Qué pasaría si te dijeran que la historia no ha sido como nos la han contado?  Para el relato de la conquista, tal vez tu memoria se remita a las clases del colegio, en las que los libros hablaban del año 1492, fecha en la que los españoles llegaron a América, introduciendo nuevas formas de vida pero también llevándose a su paso las tradiciones de los locales que habitaban estos territorios.   

La investigación realizada por el profesor Gustavo Arteaga Botero de la Carrera de Arquitectura de la Facultad de Creación y Hábitat de la Universidad, encontró evidencias que señalan un proceso de colonización particular, en el que algunas comunidades “echaron río abajo” para quedar fuera del poder colonial creando nuevas formas sociales.  

La hipótesis del profesor Arteaga apunta a que las arquitecturas de estas comunidades se adoptaron y, posteriormente, fueron llevadas a diferentes partes del país, adaptándose a las condiciones del contexto topográfico montañoso de la Cordillera de los Andes. De esta manera, las características arquitectónicas de conjuntos como “los palenques”, lugares donde vivían los cimarrones esclavizados fugados del poder colonial, comenzaron a verse en las montañas andinas bajo lógicas que evidencian mestizajes técnicos.  

“Nos han mostrado la idea que los palenques tenían una arquitectura precaria y temporal, pues los españoles los perseguían y destruían, lo cual es parte de la realidad. Pero en los Andes, en la actual región cafetera de Colombia, se pueden encontrar palenques en donde lo temporal de la construcción no era condición. Las comunidades pudieron estar fuera del alcance del poder colonial y eso es maravilloso, pues permite mostrar otras formas de poblar y arquitecturas”. Señala Arteaga.  

La característica principal de este tipo de construcción es que fue hecha en maderas o guadua, con sistemas de tapias y cimentaciones que debía responder a las pendientes de las montañas, brindando resistencia y a la vez poco peso a las estructuras. Tal era la complejidad de estos desarrollos, que los constructores pudieron pensar en los primeros sistemas para la condición sísmica de la región. Los armazones cruzados entre las columnas evitaron el colapso ante la alta sismicidad de los Andes colombianos.  

 “Esa arquitectura, que comúnmente llamamos “campesina”, pudo tener sus orígenes en la arquitectura de la resistencia de los esclavizados (…) desafortunadamente, hoy en día este tipo de construcciones las relacionamos con la pobreza, pues es, en su mayoría, como están conformados los asentamientos urbanos en las laderas de nuestras ciudades. Las miramos desde el prejuicio”. Enfatiza el profesor. 

Un fenómeno llamado “Globalización Temprana” 

Los investigadores en las últimas décadas han utilizado este concepto para explicar lo que pasaba en la época de lo denominado comúnmente “conquista”. A los territorios coloniales no solo llegaron los poderes españoles, también arribaron judíos, portugueses, gitanos y muchas culturas más, que incluso desde antes de la colonia ya estaban conectando el mundo bajo las ideas globales. De manera similar, al viejo continente llegaron personas provenientes de América, que llevaron el maíz, la papa y otros alimentos, que cambiaron radicalmente los modos de vida europeos. Esto denota que los procesos no fueron unidireccionales. 

Adicionalmente, los hallazgos encontrados en la revisión histórica señalan que no todos los africanos eran esclavos ni vivían en condiciones precarias. Es ejemplo, trabajado a profundidad por historiadores, “Nufro de Olano”, fundidor y marcador de oro autorizado por la corona, oficio de relevancia, propio de altas clases para la época. Esto plantea preguntas en cuanto las formas de poblar de estas otras culturas:

“En Colombia especialmente existieron patrones de comportamiento y de población totalmente diferentes al “español”, no tumbaban lo que había y construían la plaza principal con la iglesia en el centro para fundar el poblado. Hay evidencias de otras formas que integraron lo existente y lo complementaron a las nuevas necesidades, las globales”. Explica el investigador. 

Todos estos hallazgos permiten ampliar la idea de que todo lo africano o afro en Colombia proviene de una "empresa esclavista", para empezar a valorar otros cruces de saberes y conocimientos que sucedieron en la época de la colonia, aportando otras perspectivas sin disminuir el impacto doloroso de lo que significó la mercantilización de seres humanos.

“Este es un tema de importancia para los debates de los próximos años, por ejemplo, en lo referente al cambio climático, y retomando las arquitecturas, los modos de construcción de estas comunidades inscritas en una globalización temprana sin la necesidad de romper los límites con el ambiente llama la atención. La vivienda palafítica es caso ejemplar de intervención en un contexto midiendo los efectos, los impactos o daños”. Enfatiza Arteaga.  

Actualmente la discusión de los arquitectos se centra en generar propuestas de vivienda “huella cero” con materiales sostenibles, lo cual es algo que en estos territorios se estaba haciendo hace más de 500 años, y hay tradiciones que se conservan. La investigación del profesor Arteaga acompañado del profesor Harold Medina y de Javeriana Bogotá con la profesora Cecilia López abordaron este aspecto en profundidad en otra investigación (ver 1 y 2). 

El profesor Gustavo Arteaga hace parte de una Red de Historiadores de la Construcción conformada por arquitectos e ingenieros de diversas nacionalidades, allí exponen los resultados de sus investigaciones y el pasado 4 de octubre, en el marco del XII Congreso Nacional y IV Internacional Hispano-Americano de Historia de la Construcción en Mieres, España; presentó partes de las investigaciones sobre la transferencia técnica en la colonia temprana, gracias al respaldo de la Oficina de Investigación y Desarrollo de la Universidad.

“En esta versión del Congreso presenté los resultados de un trabajo, que hace parte de mi tesis doctoral. Es interesante ver como cada vez que expongo los resultados se generan reacciones que manifiestan la necesidad de profundizar aspectos en medio de los debates propios que genera el aporte de novedades disciplinares”. Concluye el investigador.

 

 

 

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