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El entorno influye en qué tan saludable es nuestra alimentación

María Teresa Varela investigación sobre alimentación
Verónica Gómez Torres

Creado por: Verónica Gómez Torres

Lo que comemos no es solo una decisión personal. Aunque creamos que somos completamente libres para escoger los alimentos que consumimos, en realidad no es tan sencillo. Analizar cómo los entornos alimentarios de los colegios y los hogares están relacionados con los hábitos alimenticios de la población infantil, es el objetivo que se ha trazado en sus investigaciones la profesora javeriana María Teresa Varela.

La investigadora ha identificado cuatro aspectos de los hogares y colegios que inciden en la alimentación infantil. El primero es el entorno físico, que incluye los alimentos a los que el niño puede acceder, tanto saludables como ultraprocesados en las cafeterías escolares, tiendas de barrio y máquinas dispensadoras de comestibles ubicadas cerca de la vivienda y el colegio. En muchos colegios los niños solo pueden comprar alimentos fritos o de paquete, pues las frutas que se venden son pocas, costosas y no están visibles.

El segundo entorno es el económico que se refiere a los costos de los alimentos y al poder adquisitivo de las familias. Por lo general, un alimento saludable en un colegio puede resultar más costoso que uno que no lo es.

El aspecto sociocultural es el tercer entorno que implica el rol de los padres o cuidadores de los niños en su alimentación. Hoy en día los padres tienen jornadas laborales extensas que impiden que en casa se haga un ejercicio juicioso de elección y preparación de alimentos, y esto puede llevar a que los niños coman más alimentos que venden preparados o comidas rápidas.

“Las interacciones que se dan alrededor de la comida también son parte del entorno sociocultural. Enseñarle a un niño a comer en un ambiente tranquilo, donde se le explican los beneficios, se le da la oportunidad de probar, oler, tocar los alimentos, genera una buena relación con la comida”, explica María Teresa, profesora de la Maestría en Psicología de la Salud y el Doctorado en Psicología.

El cuarto entorno es el político, que tiene que ver con las reglas familiares sobre la alimentación, las normas en los colegios y las políticas públicas relacionadas con la salud infantil. “Por ejemplo, hay casas donde se han establecido horarios para comer, todos deben hacerlo en la mesa del comedor, no se ve televisión mientras se come y esto impacta en hábitos alrededor de la comida”, afirma. Los colegios, por su parte, están regidos por políticas públicas como la Ley de obesidad que prohíbe la venta de alimentos no saludables y bebidas azucaradas en las instituciones educativas, pero ésta poco se cumple.

Con estos hallazgos la investigadora recomienda que en los programas de promoción de alimentación saludable se haga énfasis en los entornos cotidianos. “Todos sabemos qué es lo qe debemos comer; sin embargo, no hemos podido cambiar los hábitos y es porque nos hemos centrado en poner la responsabilidad en las personas y no estamos viendo los aspectos de los entornos que no favorecen ese cambio, a qué podemos acceder y cuánto nos cuesta”, concluye María Teresa.

María Teresa es psicóloga, magíster en Epidemiología, Doctora en Salud. Profesora del Departamento de Ciencias Sociales, investigadora y directora del grupo Salud y Calidad de Vida. 
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