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Aislamiento base, la técnica de la ingeniería que promete salvaguardar las vidas humanas ante la ocurrencia de un sismo

Karen Daniela Ferrín

Creado por: Lola Ferrin

Los terremotos son algunos de los factores que ingenieros y arquitectos tienen en mente cuando trabajan en un proyecto de construcción de edificios indispensables o de viviendas. Esta es una realidad para el sector edificador de Japón, China, Turquía, Italia, México, Perú y Chile, países ubicados en zonas de amenaza sísmica alta.

Los expertos han visto la necesidad de proteger los edificios equipándolos de una tecnología que se denomina aislamiento base. Al optar por esta técnica de la ingeniería se resguarda la vida de los ciudadanos que habitan, trabajan o transitan alrededor de dichas estructuras.

Por otra parte, al invertir en el aislamiento base, las ciudades se ahorrarían millones de dólares que se requieren para la reconstrucción de los edificios y puentes que se arruinan tras un terremoto de grandes magnitudes.  

Los aisladores de base son una especie de amortiguadores que se ubican entre el edificio y el movimiento del suelo. Permiten que la estructura se deslice hacia adelante y hacia atrás, mientras permanece en posición vertical en medio de un movimiento telúrico.

En el 2019 The New York Times informó que “aproximadamente 9000 estructuras en Japón” utilizaban la famosa técnica que cada vez gana más adeptos en diferentes países. Además, “miles de edificios fueron equipados con dispositivos de amortiguación que pueden reducir en gran medida los daños y prevenir colapsos”.

Por ejemplo, en el terremoto de Kobe -ocurrido en 1995- aproximadamente 6000 personas perdieron la vida. En ese entonces solo 24 edificios habían sido equipados con una base experimental hecha de caucho.  

El 27 de febrero del 2010, Chile padeció uno de los episodios sísmicos más aterradores de su historia: un terremoto de 8,8 grados de intensidad en la escala de Richter sacudió con violencia la zona centro-sur del país, causando la muerte de alrededor de 540 personas. Además, destrozó unas 500.000 viviendas y dejó cerca de dos millones de damnificados.

 El hecho representó una de las mayores pruebas posibles para la ingeniería y la construcción del país, aseguró Claudio Nitsche M., expresidente de la Corporación para el Desarrollo Tecnológico de la Cámara Chilena de la Construcción.

Asimismo, esa corporación señaló que la catástrofe no fue mayor “por el excelente desempeño que, en términos generales, demostraron nuestras edificaciones y obras de construcción”.

Con un sistema de aislamiento base instalado, la cantidad de movimiento del edificio se reduce considerablemente en medio de un sismo.

Desde la década de los noventa en Chile se constatan las primeras experiencias de uso de sistemas de protección sísmica para estructuras, y durante los últimos años, los casos en los que se han incorporado estas tecnologías, ya sea de aislamiento sísmico o de disipación de energía, se han multiplicado en forma considerable.

Por otro lado, la realidad de Cali no dista mucho. Ingrid Elizabeth Madera Sierra PhD, profesora de la Maestría en Ingeniería Civil de la Javeriana Cali, explicó que la capital del Valle, al igual que Kobe en Japón o Los Ángeles y California en Estados Unidos, está ubicada en una zona de amenaza sísmica alta en donde se esperan movimientos telúricos con magnitudes mayores a 6.5 en la escala de Richter.

Según un estudio revelado en el libro ‘Gestión del riesgo de desastres en Colombia: un aporte a la política pública’ (2012), Cali es la ciudad de mayor población ubicada en zona de alto riesgo sísmico de Colombia. Es decir, es el único municipio que superaba el millón de personas sobre la región con más riesgo de temblores en el país.  

Téngase en cuenta que ‘La Sucursal’ está ubicada en suelos vulnerables, arcillosos. Además, se posa sobre fallas geológicas como la Cali - Patía, y tiene cercanía geográfica con las activas placas de Nazca y Suramericana.

Los edificios que utilizan aislamiento de base tienen más probabilidades de sobrevivir a un fuerte terremoto y ser funcionales después del episodio.

En agosto de ese mismo año, El País Cali dio a conocer que un terremoto de grandes proporciones dejaría entre 7600 y 16.000 muertos, y pérdidas entre los $540.000 millones y los $960.000 millones.

Aunque se considera que Cali ha sido pionera en aplicación de normas de sismo resistencia y en su Plan de Desarrollo ha contado con actividades de reforzamiento, para el 2017, el 70% de las edificaciones estaban en alto riesgo, porque se construyeron antes de que se expidieran dichas normas.

Desde la academia, la Javeriana Cali ha hecho un significativo aporte con su Maestría en Ingeniería Civil, un programa que ha profundizado en la formación de profesionales en el área de ingeniería sísmica y rehabilitación de estructuras.

“Este énfasis toma relevancia para el país debido a que, por su ubicación geográfica, gran parte de nuestro territorio es propenso a sufrir eventos sísmicos. Esto trae como consecuencia enormes desafíos, tanto para el diseño de nuevas edificaciones y obras de infraestructura, así como para la rehabilitación de las existentes”, afirmó Manuel Alejandro Rojas, director del posgrado en mención.

“De esta forma, el énfasis busca dar respuesta a las necesidades del medio, con el objetivo de que se cumplan los requisitos mínimos de seguridad para salvaguardar las vidas humanas ante la ocurrencia de un sismo”, puntualizó.

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